Apuntes sobre diversidad, ecología y sostenibilidad;
jardines históricos hispano-musulmanes, paisaje cultural y custodia del territorio.

Choperas: un paisaje en movimiento

Un paisaje dinámico, que se mueve, que aparece y desaparece, que cambia…

El paisaje de una chopera es algo único. Un bosque lleno de orden. Un orden en movimiento.

Ya lo comentaba Federico cuando decía que lo único eterno en estos paisajes era el agua:

[…]
Escuchad los romances del agua en las choperas.
Son pájaros sin alas perdidos entre hierbas.
Los árboles que cantan se tronchan y se secan,
y se tornan llanuras las montañas serenas.
Mas la canción del agua es una cosa eterna.
[…]
(Federico García Lorca; Mañana, 1918)

Esta es una sensación que muchos granadinos y granadinas hemos experimentado. De un día para otro, al pasar por el mismo camino o carretera de siempre, descubrimos que algo ha cambiado. Esas montañas serenas se han tornado en llanuras. Cuando una chopera se corta, también pasa otra cosa. De repente aparecen, donde no recordábamos antes, y como si hubieran surgido de la nada, nuevas choperas. Son esas mismas, normalmente más bajas y jóvenes, que ya ocupaban las parcelas próximas y en las que antes no habíamos reparado; simplemente porque antes no estaban -no se veían-.

Pero, ¿un paisaje se puede mover?

El paisaje es un concepto que deriva del término país (sinónimo de territorio). El paisaje es esa foto, esa pintura, tomada de una parte de territorio que, observado desde un determinado lugar, y debido a la posición en que se ordenan sus elementos, genera una composición artística que nos resulta agradable. Se compone de una estampa o de varias de estas estampas. Se crea conforme descubrimos nuevos puntos para mirar, se consolida conforme otras personas lo reproducen y difunden, cambia, evoluciona y, a veces se muere, por muy diversas razones. Cuanto más diverso y rico en elementos es un territorio, más posibilidades y matices genera. Si bien esto no es suficiente, ya que son los artistas (las personas que lo perciben) las que lo crean.

Un paisaje que sí se mueve

Cuando se corta una chopera que formaba parte de un paisaje, el paisaje desaparece. Y cuando desaparece, simplemente hay que ir a buscarlo a otra parte. Por eso se mueve. Las fuentes de inspiración que nos permiten volver a crearlo son muy variadas, ya que éste no sólo surge de la contemplación (las formas, los volúmenes, la incidencia de la luz, las variaciones en las tonalidades de las hojas, los colores y texturas de las cortezas de los troncos, el movimiento del agua durante el riego, las personas que trabajan el campo, las aves que se posan en las ramas). Otras formas de percepción entran en juego: el sonido, el olor, la frescura, el relente, un recuerdo. A veces es un sentido en concreto y, a veces es un todo.

Fotografía 'Caseta con choperas de fondo'· Autor: JESÚS GIL CORRAL

Es por ello que el paisaje lo hacen, no sólo los pintores y fotógrafos, sino también los poetas, los músicos, los escritores, los coreógrafos y, en general, todos nosotros. Una chopera en Granada es algo más que un cultivo maderero. Son los versos de Federico, las coplas de Carlos Cano, los movimientos oscilantes de las bailarinas en la danza de Blanca Li en el teatro del Generalife.

Aún recuerdo, ya que se me quedó grabado -aunque no he sido capaz de volver a encontrar el programa antiguo de televisión en el que lo echaron-, aquella entrevista que le hicieron a Carlos Cano en la que le preguntaron cuál era su árbol preferido: –“El chopo, como buen granadino”, dijo el artista, de forma inmediata, casi sin pensarlo. El chopo.